Desde expedientes médicos hasta formularios de seguros y servicios de recetas, el negocio de la salud es un entorno con una amplia red que permite que diversas partes compartan y administren la información de los pacientes desde varios puntos, cada uno con su propio nivel de seguridad para proteger esta información.
La creación de redes se multiplica por diez con la introducción del Internet de las cosas (IoT) en el sector sanitario, ya que la cantidad de dispositivos conectados y la enorme cantidad de datos que recopilan aumentan sustancialmente. Numerosas aplicaciones de IoT en el cuidado de la salud, desde monitoreo remoto hasta sensores inteligentes e integración de dispositivos médicos, tienen el potencial no solo para mantener a los pacientes protegidos y saludables, sino también para mejorar la forma en que los médicos brindan atención. Pero está la cuestión de cómo mantener seguros todos esos datos, especialmente si se intercambian con otros dispositivos.