La autenticación continua es una forma de autenticación que se lleva a cabo continuamente, cada vez que un usuario accede a una nueva aplicación o recurso, en contraste con la autenticación única o binaria, que proporciona una decisión única de sí/no que solo es válida para iniciar sesión en una sola aplicación.
Con un token, una contraseña o una huella digital, la autenticación es básicamente una decisión de sí/no: el sistema valida la identidad de un usuario y le permite o deniega el acceso a una aplicación.
Pero gracias a las tecnologías más nuevas, como la autenticación basada en contexto o la biometría del comportamiento (por ejemplo, patrón de navegación, patrón de tipeo y otros rasgos físicos), la autenticación puede convertirse en un proceso más continuo. Al evaluar una variedad de atributos como la dirección IP, los parámetros móviles, el dispositivo conocido, el sistema operativo, etcétera, la autenticación contextual o basada en riesgos puede verificar continuamente la identidad de una persona cada vez que inicia sesión en una aplicación. De hecho, puede hacerlo sin que el usuario lo sepa.
La autenticación contextual ofrece muchas formas sencillas de verificar la identidad de una persona. Y esto es lo que permite equilibrar la conveniencia del usuario con la capacidad de aplicar controles de acceso granulares a numerosas aplicaciones en la nube. Y esta es la razón por la que el concepto de autenticación continua, que se basa en la autenticación basada en contexto, es la base de la administración de acceso en la nube.